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Las expectativas se deben ajustar a la realidad
Lo primero, desde la perspectiva laboral, un recién graduado no es aún un trabajador calificado. Se debe ser consciente de que esas oportunidades laborales tardarán en llegar y, seguramente, estarán muy por debajo de sus expectativas profesionales. Pero tranquilo, en condiciones normales, esta es una situación temporal.
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Se comienza desde abajo
El diseño gráfico tiene actividades mecánicas, rutinarias o de “carpintería”. Es posible que sus primeros días como trabajador comiencen allí. Pero esta no es una situación exclusiva de los diseñadores: así como el médico no comenzó su profesión en su consultorio, ni el piloto de avión manejando un 747; el diseñador no comenzará su devenir laboral haciéndose cargo de los grandes clientes ni nada por el estilo.
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Los primeros años son de aprendizaje
Si bien es cierto que en el Instituto se hace un esfuerzo para que los estudiantes entiendan las dinámicas laborales; algo hay de lo dicho a lo que sucede en la realidad. Normalmente, estos primeros años son de aprendizaje constante en cosas tales como atención al cliente y planteamiento de soluciones pragmáticas en la relación tiempo-costo-beneficio, por citar solo algunas.
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La profesión se perfila
Una vez allí, y ya decantadas las expectativas y emociones, llega el momento de perfilar la profesión. Posiblemente usted sintió alguna inclinación natural en su época de estudiante por alguna de las áreas temáticas que ha visto en La Metro; estas son: Branding, Packaging, Editorial, Ilustración, animación y medios digitales. En este punto se hace necesario reevaluar si esa inclinación era definitiva o no. Luego de ello se debe trazar un plan a futuro en el cual sus inclinaciones apunten al lugar en el que quieren desarrollarse laboralmente. Estos primeros trabajos permiten generar una línea de equilibrio financiero, aprendizaje in situ, un conocimiento más profundo acerca de la profesión y, en consecuencia, poder perfilarla de manera más asertiva.
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Se generan contactos
Lo último y no menos importante. Se debe ser consciente de que el diseño gráfico es una disciplina que trabaja en colaboración con otras. Es decir, una interdisciplina. Generar una buena red de contactos permite crecer de forma sistémica. Lo explico: si su interés es el branding o el packaging lo lógico sería desarrollar contactos con personas vinculadas al marketing o a la publicidad. Si su interés es el mundo editorial o la ilustración debería generar contactos con gestores de contenidos; es decir: editores, empresas ligadas a la comunicación, etc. Y así.
En este contexto, ¡el mejor diseño es el que está por hacerse!