Hola, soy Paul Astudillo, soy parte de Ficto, un estudio de diseño especializado en la creación de objetos y espacios para experiencias culinarias o como decimos casa adentro: “hacemos chécheres para jugar con la comida”. En algún momento, compartiré más sobre este tema…
Hoy les escribo porque la Escuela de Diseño Industrial de La Metro me ha pedido que les ayude a responder una pregunta importante: ¿Dónde puedes trabajar si estudias Diseño Industrial? o una pregunta similar pero igual de relevante: ¿Por qué elegir estudiar Diseño Industrial en 2023? No es lo mismo, pero es igual, cuenta la canción.
Si has llegado hasta aquí, te darás cuenta de que esto no será una lista aleatoria de lo que puede hacer un diseñador industrial. Más bien, quiero compartir mi propia experiencia en este campo a lo largo de los años.
Comencé a trabajar en Diseño Industrial incluso antes de terminar la universidad. Tuve la oportunidad de diseñar y montar exposiciones para artistas famosos. Entender que el diseño está presente en cada detalle de una exposición, que debe ser invisible pero coherente, cambió mi perspectiva sobre esta profesión. Cada exposición que creamos y cada objeto que fabricamos para enriquecer las experiencias en las visitas a las galerías o salones, me abrió nuevos horizontes en el mundo del Diseño Industrial.
El salto fue corto cuando pasé de una sala de exposiciones a un museo. Logré trabajar en museos que rompían esquemas ya que permitimos que la gente pueda tocar las piezas; esa revolución fue una experiencia enriquecedora. Crear objetos que invitan a la interacción y la reflexión sobre las emociones y el aprendizaje es una faceta que me sigue alucinando sobre el trabajo del Diseño Industrial.
Mientras seguía explorando el mundo del diseño a través de la educación, los museos y las exposiciones, también trabajé en el mundo de la moda. Colaboré durante varios años con una cadena de tiendas de ropa índigo o jean como la conocemos por acá. Pasé mucho tiempo creando elementos decorativos para sus escaparates en todo el país. Fue allí donde comprendí la importancia del visual merchandising.
Como siempre, un pie sigue al otro y un proyecto lleva al siguiente. Pronto, me encontré diseñando una tienda de ropa completa. Este desafío hizo que me diera cuenta de la importancia de cada detalle, desde la iluminación hasta la comodidad de los vendedores. Los centros comerciales se convirtieron en talleres por la noche, y eso me dejó una impresión imborrable. Solo imaginen su centro comercial favorito, vacío a las 03h00 A.M. y empezarán a entenderme…
Después de haber trabajado en boutiques, museos y exposiciones, se presentó una oportunidad única: diseñar la escenografía para la primera ópera producida en el teatro más grande de Quito. Sin dudarlo, respondí: “¿Dónde firmo?”
Y de ésta actitud de firmar en cada proyecto que tenga un buen reto, mi carrera me llevó a diseñar envases para marcas de lujo, botellas para licores, ilustraciones e infografías para exposiciones y periódicos, juegos de mesa y su adaptación a aplicaciones móviles, e incluso accesorios relacionados con la comida.
Sin embargo, lo que más impacto causó en mí fue diseñar para el sector de alimentos. Crear objetos para que uno de los actos más placenteros del mundo se potencie, -EL COMER- ¡es increíble!
Disfrutar del comer es un desafío diario, hay momentos en los que por la experiencia que tenemos resulta sencillo y divertido, como un juego. Pero hay días en los que puede ser abrumador debido a la cantidad de aspectos que debes considerar y controlar en este ámbito.
Actualmente, estoy involucrado en dos proyectos que fusionan la ciudad, la comida y el diseño. Estoy orgulloso de mi trayectoria y de todas las experiencias que he vivido como Diseñador Industrial. Hoy, después de 16 años desde que salí de la universidad y miro hacia atrás, sonrío con orgullo y paz. He forjado mi propio camino en el campo del Diseño Industrial.
Mientras escribía este texto, una gran amiga se acercó a preguntarme qué me tenía tan emocionado frente a la compu, y lee uno de los borradores de este escrito y me hizo una pregunta importante: ¿Volverías a estudiar Diseño Industrial? Mi respuesta es un rotundo y entusiasta sí. Claro, haría algunas/muchas cosas de manera diferente y exploraría otros aspectos del diseño. Pero me siento en paz con el camino que el diseño ha trazado para mí, una ruta en la que en cada parada tengo la oportunidad de embellecer el mundo.
Gracias por tomarte el tiempo de leerme, como se pueden dar cuenta los espacios laborales del diseño industrial son variados, muy grandes y a la medida de cada persona.
Así que para terminar les deseo: ¡Mucha suerte en sus caminos!