Autor: Arq. Beatriz Andrade
Para garantizar que todas las personas puedan acceder y utilizar cualquier servicio disponible en edificios públicos, la accesibilidad universal es necesaria y un deber ético construirla, sin embargo, se presentan ciertos errores con relación al tema, siendo los más frecuentes los siguientes:
Falta de conocimiento en las normativas de accesibilidad universal
Es el error más común, convirtiéndose en un gran problema.
Esto se extiende a las herramientas técnicas que se pueden aplicar en el espacio construido, el resultado puede desencadenar un diseño carente de empatía y comprensión hacia las limitaciones de personas con capacidades diferentes y, cómo se enfrentan el día a día a las dificultades.
Esta incoherencia quizá es el resultado de dar prioridad a la estética espacial, dejando de lado diversas necesidades que requieren nuestra atención y sobre todo las personas.
El desconocimiento de las normas de accesibilidad universal tiene consecuencias evidentes en la inclusión y la participación en la vida cotidiana de las personas con capacidades especiales, a nivel familiar, laboral y social, generando barreras físicas y sociales. Es fundamental promover la conciencia y la educación sobre la importancia de la accesibilidad para crear entornos más inclusivos y accesibles para todos.
Inapropiado diseño en los baños públicos
Necesariamente deben ser pensados también para personas con capacidades diferentes, personas mayores y otros grupos vulnerables.
Este espacio debe disponer de suficientes sistemas de agarre o barras de apoyo, inodoros apropiados, lavamanos de baja altura, etc., todo ello para una mejor maniobra, ya que la accesibilidad universal se refiere a la capacidad de un entorno o servicio para ser utilizado de manera segura y eficiente por todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, edad o cualquier otra característica.
Por lo general, los baños públicos se planifican en espacios reducidos lo que repercute en el acceso y desplazamiento. El espacio reducido genera puertas estrechas dificultando el acceso sobre todo a personas con sillas de ruedas o a personas de talla grande.
Los baños tampoco disponen de una señalización adecuada, especialmente para personas con capacidades diferentes visuales y cognitivas.
Mejorar la accesibilidad en los baños públicos no solo beneficia a las personas con discapacidades, sino que también crea entornos más inclusivos y accesibles para todos los usuarios.
Cambios de nivel
La mayoría de las rampas construidas tienen muchas falencias
Demasiada pendiente, falta de bordillos, los descansos en el cambio de sentido de rampa siguen la inclinación cuando estos deben ser planos, la anchura de estas puede ser muy estrecha y los pasamanos no garantizan la seguridad. Las rampas mal diseñadas pueden tener varias consecuencias negativas para las personas con discapacidad, porque puede ser difícil o incluso imposible utilizarla, esto limita la capacidad para acceder a edificios, áreas públicas, veredas y otros espacios.
Las rampas también pueden representar un riesgo de lesiones. Por ejemplo, una rampa con una pendiente demasiado empinada puede hacer que una silla de ruedas se vire o que una persona con movilidad reducida pierda el equilibrio al ascender o descender. Además, se requiere un esfuerzo físico adicional, provocando fatiga y aumento de riesgo de lesiones a largo plazo.
Espacios para estacionamientos
Son otro error arquitectónico ya que generan dificultades porque estos deben estar ubicados cerca de las entradas principales y deben tener el tamaño adecuado para permitir el acceso seguro de vehículos y sillas de ruedas.
La falta de estos espacios o su ubicación inadecuada dificulta el acceso de personas con discapacidad. A esto se suma otro problema que, de existir espacios de estacionamientos apropiados, estos suelen ser usados por usuarios no autorizados sin problemas de movilidad ocasionando que las personas que de verdad necesiten de este servicio no tengan acceso a los lugares que necesitan ir.
Circulaciones verticales mediante ascensores en edificios de varios pisos
Es esencial que los edificios públicos cuenten con ascensores accesibles y con mantenimiento oportuno para garantizar la movilidad de todas las personas.
Estos ascensores tienen espacios limitados, además la altura de los botones de control es inadecuada, es un error que se convierte en un problema sobre todo para personas de baja estatura en silla de ruedas. La falta de braille o de indicaciones auditivas también puede afectar a personas con discapacidad visual.
Algunos ascensores pueden tener una velocidad de apertura/cierre de puertas rápida, lo que dificulta que las personas con movilidad reducida ingresen o salgan a tiempo y sin anuncios claros y audibles de los pisos, se convierte en un gran problema para las personas con discapacidad visual o para aquellos que no pueden leer los indicadores visuales.
Conclusión
La falta de accesibilidad puede llevar a la exclusión social de las personas con discapacidad, ya que les impide participar plenamente en la vida comunitaria y el poder acceder a servicios o recursos importantes, teniendo consecuencias negativas en las emociones, generando frustración y estrés por la limitación en su capacidad para participar en actividades cotidianas simples.
Debido a la exclusión, experimentan ira y resentimiento hacia la sociedad porque pueden sentirse injustamente tratadas, marginadas o no valoradas y cuestionar por qué no se tienen en cuenta sus necesidades en la planificación y diseño de espacios, por lo que, se enfrentan a barreras físicas, lo que puede afectar su autoestima y sentido de pertenencia.
La sociedad de diseñadores tiene el gran compromiso de trabajar con parámetros de equidad e igualdad en todas las disciplinas y ámbitos de la humanidad.