¿Por qué no funciona el BBB?
Usualmente cuando le preguntas a un cliente que quiere para su proyecto la respuesta más común suele ser: “Quiero algo BBB”.”Bueno”, “Bonito” y “Barato”. Estos tres conceptos los compradores los han asociado como el camino ideal para conseguir sus productos; ya sea en comida, vestimenta, muebles, accesorios y todo lo referente a lo cotidiano.
Puede que la fórmula BBB funcione en estos aspectos, pero… ¿Qué pasa cuando se usa el BBB en diseño?
La respuesta es sencilla. No se puede. Los tres conceptos son como el agua, el aceite. Aquí te explicamos por qué.
La ecuación lleva tres variables que, al cruzarlas dan como resultado los siguientes escenarios. Tomaremos como referencia un hipotético producto. Si el producto tiene buena calidad y tiene un buen precio, llevará tiempo. Ahora, si este tiene buena calidad y se hace en poco tiempo, será más caro. Por último, si el producto tiene un buen precio y se hace en poco tiempo, sin lugar a dudas la pieza a sacrificar será la calidad del mismo.
Barato+Bonito = No es bueno
Lo barato sale caro. Puede que un producto se vea bien y funcional, pero al momento de usarlo no rinde como debería, porque no es de la mejor calidad. El concepto de tiempo y durabilidad también juega un rol importante, cuando un producto es barato, ¡Duda! que vas a usarlo durante un tiempo prolongado.
Esto tiene una explicación lógica, los materiales que necesita una creación, de cualquier índole, deben regirse por una serie de estándares. Un material que cumpla con estos requerimientos no tendrá un bajo costo.
En pocas palabras, el bajo costo de algunos productos o servicios pueden aparentar brindarnos ahorros pero a largo plazo representará pérdida.
Las apariencias engañan.
Bonito+Bueno= No es barato
No es que un trabajo es bonito y ya. Al tratarse de productos y servicios la calidad juega un rol importante.
¿Y qué es calidad?
Si alguien sabe de calidad es Japón. La cultura nipona y en particular su industria tienen estándares que son admirados y referenciados en varios países del mundo. Bajo ese contexto, William Edwards Deming, responsable en gran parte del desarrollo de Japón luego de la segunda guerra mundial. Deming saltó a la fama porque su definición de calidad es: “traducir las necesidades futuras de los usuarios en características medibles; solo así un producto puede ser diseñado y fabricado para dar satisfacción a un precio que el cliente pagará.
No solo hablamos de calidad al referirnos a la satisfacción del cliente así como dijo Kaoru Ishikawa, pionero en implementar sistemas de calidad para empresas, hablar de calidad es referente al trabajo, calidad del servicio, calidad de la información, calidad de proceso, calidad de la gente, calidad del sistema, calidad de la compañía, calidad de objetivos, etc.
Los valores no son objetos ideales ,son reales, es decir, tienen existencia en el espacio, pensar en la belleza como un valor hará referencia a las cualidades que posee el objeto. La idea de belleza sí lo es, el valor proviene de una experiencia emotiva.
Todo lo que haces tiene un valor, aprende a dártelo. Si tu trabajo es excepcional, si invertiste tiempo en crear una estrategia, estudiar a tu público objetivo, creaste un plan estratégico y para su desarrollo, cobra. No te vendas al peor postor. Tú conocimiento vale, tus habilidades desarrolladas y especializadas te dan un extra.
El campo del diseño se consolida como disciplina cuya pertinencia
no se pone a duda si se es consciente de la alta demanda que sus productos y
servicios en el mundo actualmente.Vendete sí, pero hazlo con dignidad.
Bueno +Barato = No es bonito
Un producto o servicio que sea funcional y brinde una experiencia al consumidor aceptable y venga de la mano con un precio razonable tendrá siempre un pero, esta combinación exigirá un sacrificio, la estética.
¿Cuánto cuesta la estética?
Un producto funcional y razonablemente cotizado no se puede dar el lujo de tener un diseño que compita con aquellos que elevan su precio justamente pensando en su estética. Un claro ejemplo de este sacrificio son los smartphones.
La estética de un teléfono inteligente normalmente va de la mano con un incremento razonable en su precio. Tiene sentido, porque la ‘belleza’ de un producto implica mayor tiempo invertido en el diseño de este, además, mayor preparación por parte de quién lo realiza; y como ya dijimos antes, el conocimiento y las habilidades especiales cuestan.
Aprende sobre estos conceptos y cómo aplicarlos en la vida laboral en La Metro.
Texto: Doménica Salvador
Más noticias en tendencia