Autor: Arq. Beatriz Andrade
La falta de energía eléctrica en Ecuador: una crisis provocada por el cambio climático y la dependencia hidroeléctrica
El cambio climático es un fenómeno de escala global que se ha intensificado en las últimas décadas debido a las actividades humanas. Su impacto se manifiesta en una diversidad de formas: desde el aumento de las temperaturas globales hasta eventos climáticos extremos y la alteración de los patrones de precipitación. El Ecuador, es un país privilegiado por su biodiversidad y riqueza natural, los efectos de este fenómeno son particularmente preocupantes, ya que ponen en riesgo no solo la estabilidad ecológica sino también el bienestar económico y social de la población. Uno de los sectores más afectados es el de la energía eléctrica, crucial para el desarrollo y la calidad de vida, ya que su sistema de generación de energía depende en gran medida de la disponibilidad de agua. La falta de lluvias en las zonas de los embalses hidroeléctricos ha creado una crisis energética que impacta el desarrollo, la economía, y la vida diaria de millones de ecuatorianos. La situación actual pone en evidencia la necesidad urgente de diversificar las fuentes energéticas del país y de tomar medidas serias para adaptarse a los cambios en el clima.
El cambio climático en Ecuador es un desafío complejo, porque al estar situado en la región andina y amazónica, es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. Las alteraciones en los patrones de lluvia y las sequías prolongadas tienen un impacto directo en los recursos hídricos del país, que son esenciales para la generación de energía hidroeléctrica. Este tipo de energía representa aproximadamente el 60-70% de la matriz energética ecuatoriana, lo que subraya la dependencia crítica que el país tiene de un recurso que se ve cada vez más amenazado por el cambio climático.
Estado del glaciar andino – http://infoandina.org/infoandina/es
Los glaciares de los Andes, que actúan como reguladores naturales del suministro de agua, se están derritiendo a una velocidad alarmante. Este fenómeno no solo afecta la provisión de agua potable y el riego agrícola, sino que también amenaza la capacidad de las centrales hidroeléctricas de operar de manera óptima. La reducción en el caudal de los ríos y el descenso de los niveles de los embalses son síntomas evidentes de esta crisis, lo que incrementa el riesgo de racionamientos eléctricos, especialmente en épocas de sequía.
3 570 nuevas fisuras se encontraron en Coca-Codo Sinclair – www.elcomercio.com
La situación de la energía eléctrica en Ecuador ha experimentado en los últimos años un crecimiento en su capacidad de generación eléctrica gracias a la construcción de grandes proyectos hidroeléctricos como la central de Coca Codo Sinclair. Este proyecto, al igual que otras grandes obras, fue concebido para garantizar la autosuficiencia energética y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles. Sin embargo, la realidad ha demostrado que la infraestructura por sí sola no es suficiente para enfrentar los desafíos impuestos por el cambio climático.
A modo de ejemplo, en 2023, una sequía significativa puso en jaque la operación de varias centrales hidroeléctricas, causando un déficit en el suministro de energía y la necesidad de recurrir a apagones programados. La situación obligó al gobierno a tomar medidas de emergencia, como la importación de electricidad de países vecinos y la activación de plantas termoeléctricas que operan con diésel, una fuente de energía más cara y contaminante.
Las consecuencias sociales y económicas son nefastas por el impacto de la crisis energética porque va más allá de los números y las estadísticas. Afecta directamente a la vida diaria de los ecuatorianos y al desarrollo económico del país. Las interrupciones en el suministro de energía impactan a sectores estratégicos como la industria, el comercio y los servicios. Empresas manufactureras y comercios han reportado pérdidas significativas durante los períodos de apagones, lo que a su vez se traduce en una desaceleración económica y en una menor competitividad en los mercados regionales e internacionales.
En el ámbito doméstico, las familias también sufren las consecuencias. Los apagones implican no solo incomodidad, sino también la pérdida de alimentos perecederos y la imposibilidad de utilizar dispositivos eléctricos esenciales para el estudio y el trabajo remoto, algo que se ha vuelto más relevante en la era post-pandemia. Además, las alzas en el costo de la electricidad producida con combustibles fósiles tienen un impacto directo en las tarifas, afectando el bolsillo de los ciudadanos.
Los retos y soluciones para un futuro sostenible frente a estos desafíos, es imperativo que el país implemente políticas integrales que aborden tanto la mitigación como la adaptación al cambio climático, y que mejoren la resiliencia de su sistema eléctrico. Una de las primeras medidas a considerar es diversificar la matriz energética. Si bien la hidroeléctrica ha sido una fuente clave de energía limpia, su dependencia de un recurso cada vez más impredecible exige la incorporación de otras fuentes renovables, como la solar y la eólica, que no dependen del agua.
Ecuador tiene un potencial solar significativo, especialmente en regiones como la costa y el sur del país. La inversión en tecnología solar, tanto a nivel residencial como industrial, podría ser una solución viable para reducir la presión sobre el sistema hidroeléctrico y garantizar un suministro más estable. Por otro lado, la energía eólica, aunque aún incipiente en el país, ofrece oportunidades de desarrollo, especialmente en zonas con vientos constantes como la provincia de Loja.
Central eólica Villonaco – Loja – www.turismo.gob.ec
Energía solara en Ecuador – www.generarenovables.com
La implementación de políticas de eficiencia energética también es crucial. Programas que promuevan el uso racional de la electricidad, tanto en el sector industrial como en el doméstico, pueden ayudar a reducir la demanda en períodos críticos. Además, la modernización de la infraestructura eléctrica para reducir las pérdidas técnicas y mejorar la capacidad de almacenamiento y distribución es esencial para evitar apagones y optimizar la utilización de la energía generada.
El cambio climático es un desafío global que requiere soluciones globales. Ecuador no está solo en su lucha; la cooperación internacional puede desempeñar un papel importante para fortalecer su capacidad de respuesta. Organizaciones como la ONU y organismos multilaterales de financiamiento pueden apoyar con recursos y asesoría técnica para desarrollar proyectos sostenibles de energía y programas de resiliencia climática.
La inversión en investigación y desarrollo es otra vía fundamental para enfrentar los desafíos a largo plazo. Proyectos que estudien el comportamiento de los ríos, la disponibilidad de recursos hídricos y el potencial de energías renovables son esenciales para planificar mejor y mitigar los riesgos asociados al cambio climático. Además, fomentar la educación ambiental y la participación ciudadana en temas de ahorro energético y cuidado del entorno puede generar un cambio positivo desde la base de la sociedad.
La crisis energética que enfrenta Ecuador es un recordatorio contundente de los efectos del cambio climático y de la importancia de contar con un sistema energético resiliente. La dependencia de las hidroeléctricas, que en su momento fue una ventaja ambiental y económica, ha expuesto al país a una vulnerabilidad climática que impacta negativamente a toda la sociedad. La falta de lluvias, provocada por patrones climáticos cada vez más erráticos, ha puesto en evidencia la necesidad urgente de diversificar las fuentes de energía y de buscar alternativas que no dependan exclusivamente del agua. Sin embargo, se puede fortalecer el sistema eléctrico y adaptarse a los nuevos retos del cambio climático que representa una amenaza tangible para la estabilidad de la matriz energética. La clave está en actuar con rapidez y determinación, promoviendo un enfoque integral que involucre tanto a los sectores públicos como privados, y con el respaldo de la comunidad internacional. Solo así será posible garantizar un futuro energético sostenible y resiliente para las generaciones venideras.
Bibliografía
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- https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/ecuador-apagon-como-la-peor-sequia-en-60-anos-en-ecuador-obliga-a-tomar-medidas-drasticas-y-cuanto-impacta-a-la-region-lluvias-apagones-hidroelectricas-cambio-climatico-noticia/
- http://infoandina.org/infoandina/es/content/cambio-clim%C3%A1tico-acercamiento-sus-efectos-en-ecuador
- https://www.elcomercio.com/actualidad/3-570-fisuras-coca-codosinclair-informe.html
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- https://www.ecuavisa.com/noticias/ecuador/10-horas-corte-luz-octubre-crisis-mazar-KI8129963
- https://generarenovables.com/
- https://www.turismo.gob.ec/en-loja-la-central-eolica-villonaco-reabre-sus-puertas-al-turismo/
