Las galletas, en inglés “Cookies”, de la noche a la mañana están cada vez más presentes en nuestras vidas y no precisamente estamos hablando de las galletas que comemos con leche, o de las que te brindaba la abuelita cuando le visitabas, si no de las cookies de internet.
Muchos de nosotros nunca supimos de su existencia hasta que hoy, casi en el 90% de los sitios web, aparece la pregunta de si aceptas las cookies o no. El problema es que, al no aceptarlas, simplemente no puedes acceder a un sitio Web que buscabas.
Pero comencemos entendiendo ¿qué son las cookies? para saber si las aceptamos o no.
En primer lugar, el término cookies o galletas, se pensaba que provenía de las galletas famosas de Hansel y Gretel, y las migas que dejaron para encontrar el camino de regreso; suena bastante creativo, pero no. En realidad, se les puso cookies debido a las magic cookies del lenguaje UNIX que se utilizaba para el envío de datos dentro de un programa. Estas, a su vez, toman el nombre de las galletas de la suerte de la cultura china que llevan un mensaje adentro.
Estos datos se recopilan para generar un perfil de búsquedas del usuario y así lograr identificarlo. Esto, podría considerarse como un beneficio mutuo tanto para el usuario como para los navegadores al conocer los comportamientos e intereses de los millones de navegantes de internet.
Entonces la pregunta debería ser: ¿aceptas que este sitio web utilice, comparta o venda los datos de tus gustos o intereses a otros sitios web?
Mientras tanto, Google, el mayor buscador de internet con un mercado de cerca del 70% de usuarios, ha tomado la decisión de prohibir las cookies hasta el final de 2024, lo que podría ser entendido de 2 maneras:
- Google quiere monopolizar el mercado publicitario digital con su propio sistema, convirtiéndose en el único que maneja esa información.
- Google quiere mejorar la experiencia del usuario al evitarte la pregunta
Hay que tener en cuenta que la nueva legislación mundial con respecto al uso y manejo de información debe estar debidamente aceptada por el usuario para evitar el acoso al que nos someten las marcas.
Lo que si es cierto es que si Google logra prohibir las cookies, afectaría directamente a los miles o millones de webs que se alimentan de galletitas.